Esta mañana este artículo del diario público, lamentablemente, me despejaba todas las dudas (las pocas que tenía) acerca de la falta de independencia de las Empresas en su gestión y de los partidos en su forma de hacer política.

Por lo que la independencia que se presume de los políticos, frente a los poderes económicos y las empresas queda quebrantado.
Quizás sea un anhelo pensar que en el futuro esta independencia sea real, pero por el bien de la democracia y por respetar la constitución de la que nos dotamos, más vale que comenzamos a aplicar el artículo 1.2 de la carta magna que dice que: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado", o estamos condenados a vivir en una maltrecha democracia, donde los sillones que ocupan los diputados de los grandes partidos son intercambiados por los poderes fácticos maquillados en forma de elecciones.
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