El pasado jueves acudí a la Asamblea que celebraba la plataforma ciudadana Ganemos, lo hice porque me invitaron a través de una conocida red social, y días antes habíamos mantenido una reunión en la sede de Izquierda Unida con varios compañeras y compañeros de Ganemos, a petición de estos últimos.
Allí me encontré a personas a las que considero compañeras y compañeros, porque aunque no pertenezcamos a la misma organización, nos hemos encontrado codo a codo en lugares comunes a lo largo de estos años, como por ejemplo: el 15-M, la Plataforma de Afectado por la Hipoteca, la Plataforma APEMSA no se vende…, en definitiva, gente con la que he estado presente en la movilización social.
La asamblea se centró en la forma jurídica que debía adoptar Ganemos, que podría configurarse como una agrupación de electores o como una coalición electoral. A lo largo del debate tuve la sensación de que esta cuestión se había planteado de forma equivocada, porque en un momento dado más que una reflexión colectiva acerca de la opción más idónea para integrarnos en un amplio proyecto político, se fue desviando hasta un punto donde parecía que para seguir adelante alguien debía quedarse en el camino.
La mayoría de la gente que participó en el debate optaban, como finalmente demostró el resultado, por la agrupación de electores. Lo que significa que aquellas personas que quieran participar en Ganemos lo harán a título individual, puesto que esta forma jurídica no permite que estén integradas las organizaciones políticas.
Respeto el resultado, pero quisiera aclarar mi postura al respecto: Como dije en la reunión que mantuvimos con los representantes de Ganemos y como expresé en la Asamblea de Ganemos, desde IU considerábamos que para favorecer la confluencia teníamos que actuar con generosidad, por ello estábamos de acuerdo en que se celebraran unas primarias abiertas para la elección de toda la lista. Además, dejamos claro que respetaríamos el resultado a pesar de que ello implicara que nadie de IU fuese entre los primeros puestos de la candidatura. Con respecto al programa, aportábamos aquello que ya tenemos avanzado como base para entre todos hacer un programa atractivo y que aportara soluciones al drama social de la crisis. También hay que añadir que contribuiríamos con la experiencia y la trayectoria de muchos años de trabajo en los que hemos tenido nuestros aciertos y errores, y también -porqué no decirlo- pondríamos nuestra escasa, pero también necesaria, financiación al proyecto.
Soy conscientes de que a partir de ahora cambiaran muchas cosas, pero no voy a ver como enemigos a quienes comparten conmigo buena parte de las ideas que defiendo.
Tan sólo espero que la próxima vez que se pueda generar un proyecto amplio no se mire con recelo a quienes pertenecemos a Izquierda Unida, porque la convergencia para mi es el punto de encuentro para transformar la realidad y la forma de hacer política, y no un lugar en el que para acceder haya que dejar el carnet (de la organización a la que cada cual pertenezca) en la puerta, porque entonces la convergencia volverá a ser fallida.
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