En los primeros años de gobierno de Germán Beardo dejaron de realizase determinadas actividades o eventos, e incluso se obstaculizó el trabajo de algunas asociaciones de la ciudad en su empeño por sacarlos adelante.
Buena parte de sus esfuerzos los primeros meses de gobierno se centraron en desmantelar las iniciativas del gobierno anterior, y hasta de los gobiernos de Moresco y Candón, e incluso anteriores a estos.
Con el paso del tiempo, y bajo la pretensión de haber borrado el pasado, el actual gobierno parece empeñado en reescribir la historia de nuestra ciudad.
Su histriónica puesto en escena permanente se traduce en una función donde todo lo anterior se elimina con brocha gorda y el guion se reescribe para engrandecer su nombre y hacer ver qué gracias a su gestión algo se hace por primera vez. Cómo si pretendiera convencernos de que la historia empezó con ellos.
Hace tres años vimos cómo se proclamaba a bombo y platillo la “Primera” San Silvestre portuense, pese a que ya habían existido no una, sino dos ediciones anteriores en 2017 y 2018. Hace unos dias han anunciado la tercera cuando realmente sería la quinta.
Pero ya el colmo de los colmos ha sido ver hace pocos días que se celebrará la Primera Feria del Libro de El Puerto de Santa María. Si, han leído bien, la primera…

Cartel de la Feria del Libro en la Biblioteca Mª Teresa León (Antigua casa de la cultura)
Nadie hasta ahora había celebrado según el relato del Beardismo una feria del libro en nuestra ciudad.
Quizás esas excursiones del colegio que vivimos en nuestra etapa escolar para ir a la “feria del libro” o el recuerdo del primer libro que compramos sean un sueño efímero y confuso. Pero, seamos serios, no somos imbéciles: la memoria colectiva no se borra por decreto de alcaldia ni se reescribe por mucho que se empeñen.
Detrás de todo esto hay una forma de gobernar, una puesta en escena basada en el histrionismo y la constante autopromoción. En lugar de consolidar lo bueno que se encontraron, han preferido desmontarlo para luego presentarlo como nuevo. Con el único objetivo de que se pierda la continuidad, a costa de ganar protagonismo.
En El Puerto no necesitamos gobernantes que actúen como si fueran los primeros en llegar. Necesitamos gestores que entiendan que cada acción relacionada con la cultural, el deporte o simplemente cualquier colectivo o asociación de vecinos, forma parte de una cadena trabajada en el tiempo por mucha gente antes de que llegaran.
Una ciudad que pierde su memoria está condenada a no tener historia propia, a convertirse en una mera copia de otras o, peor aún, en el extraño borrador de un gobernante arrogante que escribe y borra a su antojo, ignorando que la verdadera identidad de un lugar se basa en el recuerdo colectivo y en el respeto por el pasado. Sin memoria, no hay raíces; sin raíces, no hay futuro.
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