La Ordenanza Municipal para las Areas de Regularización (ARG) puede suponer el comienzo para dar solución a un problema urbanístico, pero marcadamente social.
En estos momento existen viviendas sobre las que pesan ordenes de derribo y numerosas sanciones, por lo que puede ser el primer paso para avanzar en la regularización de la situación de numerosas familias portuenses.
La aprobación de un Plan General de Ordenación Urbana es el momento oportuno para poder regularizar todo aquello que legalmente sea posible, preservando y protegiendo sin duda las áreas reservadas a espacios libres o zonas protegidas.
Es importante avanzar en el proceso de regularización, de forma que en primera instancia los vecinos puedan acceder a los suministros básicos de luz, agua y alcantarillado, que permitan una mejora en su calidad de vida.
La principal discrepancia con el texto de esta ordenanza se basa en que considero necesario garantizar que los propietarios de suelo, cumplidores estrictos con la legalidad, no se veán perjudicados porque en sus parcelas desocupadas sea donde se quieran ubicar los equipamientos y zonas verdes, y puedan verse expulsados de la zona a urbanizar.
En estos momento existen viviendas sobre las que pesan ordenes de derribo y numerosas sanciones, por lo que puede ser el primer paso para avanzar en la regularización de la situación de numerosas familias portuenses.
La aprobación de un Plan General de Ordenación Urbana es el momento oportuno para poder regularizar todo aquello que legalmente sea posible, preservando y protegiendo sin duda las áreas reservadas a espacios libres o zonas protegidas.
Es importante avanzar en el proceso de regularización, de forma que en primera instancia los vecinos puedan acceder a los suministros básicos de luz, agua y alcantarillado, que permitan una mejora en su calidad de vida.
La principal discrepancia con el texto de esta ordenanza se basa en que considero necesario garantizar que los propietarios de suelo, cumplidores estrictos con la legalidad, no se veán perjudicados porque en sus parcelas desocupadas sea donde se quieran ubicar los equipamientos y zonas verdes, y puedan verse expulsados de la zona a urbanizar.
Por ello es necesario que esta ordenanza arbitre los mecanismos oportunos para que cuando se desarrollen las áreas de regularización no resulten perjudicados los propietarios de suelo que han cumplido con la legalidad, y como ya propusimos desde Izquierda Unida, la fórmula de compensación sería la posibilidad de permutar sus terrenos por otros que tengan superficie y edificabilidad equivalente en la misma zona o en otra zona cercana a la unidad de ejecución que se pretende desarrollar.
Captura de pantalla de la sección de Cartografía de la web municipal.
|
Debemos tener en cuenta que una Ordenanza de estas características debe ser una herramienta útil para la ciudadanía en general, ya que hablar de planeamiento urbanístico -y esta ordenanza es precisamente parte de este planteamiento- es hablar del modelo de ciudad que queremos para el futuro, y eso implica dejar la demagogia a un lado, dejar de engañar a los vecinos con falsas promesas y consensuar desde el debate y desde el diálogo qué ciudad es la que queremos para los próximos veinte años. Y creo que ese trabajo de consenso y trabajo en el que he podido participar está siendo posible porque al menos desde Izquierda Unida hemos tratado de aportar y no obstaculizar este proceso.
Por este motivo, es fundamental que trabajemos codo con codo con los agentes sociales para defender un único modelo de ciudad, compartido por la mayoría.
Como dice Manuel Ángel González Fustegueras: “Las ciudades no son producto de la mente de alguien sino de la historia”. Yo añadiría que tampoco han de ser fruto de los desmanes o de la dejadez.
Hagamos posible esa ciudad para el futuro que preserve el medioambiente, que permita el esponjamiento urbanístico donde sea posible y que consolide una ciudad accesible y compacta.
Por este motivo, es fundamental que trabajemos codo con codo con los agentes sociales para defender un único modelo de ciudad, compartido por la mayoría.
Como dice Manuel Ángel González Fustegueras: “Las ciudades no son producto de la mente de alguien sino de la historia”. Yo añadiría que tampoco han de ser fruto de los desmanes o de la dejadez.
Hagamos posible esa ciudad para el futuro que preserve el medioambiente, que permita el esponjamiento urbanístico donde sea posible y que consolide una ciudad accesible y compacta.