De entre las noticias más desagradables que he escuchado en los últimos tiempos, creo que ésta se lleva la palama y es que me parece tan moralmente inaceptable como vomitiva.
El Deutsche Bank, que es el mayor banco alemán, ha puesto en marcha un "fondo de inversión" llamado DB Life Kompass 3, donde los (macabros) inversores apuestan cuando morirá una persona. Además, para facilitar las (fúnebres) predicciones, el banco entrega el historial clínico de los diferentes ancianos a los (lúgubres) apostantes.
Creía estar curado de espantos, ante la diversidad de productos bancarios. Pero creo que lejos de los famosos activos tóxicos que hasta ahora ofrecía la banca, esta tétrica forma de hacer negocio atenta contra la condición y dignidad humana.
En fin, he querido titular este artículo con una expresión que parece ser que se ha convertido en habitual cada vez que hablamos del papel que jugamos las personas en la economía: "Tan sólo somos números". Parece que el dinero y la usura están por encima de las personas, y que vamos camino de ser parte de un Gran Hermano funesto en el que se nos pondrá fecha de caducidad como si fuesemos un producto más para que algunos ganen dinero.